Por: Mauricio Jamaica Tellechea, Director de Operaciones en ShuffleSpace – Canadá
Ingeniero en Sistemas Electrónicos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey – ITESM (México) y New Mexico Institute of Mining and Technology (USA). Máster en Producción y Logística de Malardalen University (Suecia). Cuenta con 19 años de experiencia impulsando la rentabilidad y el crecimiento en empresas tanto multinacionales, como regionales y recién fundadas.
Independientemente del ámbito en el que esté nuestro negocio o empresa, debemos ser competitivos, no solo para que el mismo siga, sino para crecer y aumentar la rentabilidad; pero ¿estamos solamente operando de manera aislada los distintos eslabones que intervienen en el abastecimiento o realmente estamos desarrollando cadenas de suministro amigables al medio ambiente?
A lo largo de mis 20 años de experiencia profesional, en los que he trabajado en distintas industrias, diferentes operaciones y culturas, me he dado cuenta de que la mayoría de empresas están enfocadas en eficientar sus actividades y reducir costos de abastecimiento, sin embargo, pocas realmente han estado preocupadas por desarrollar cadenas de suministro sostenibles.
Considero que este aspecto tiene tres raíces. El primero son las normas y reglamentos que se están desarrollando por parte de las autoridades, el segundo es la visión y estrategia que tienen algunas compañías y, el tercero, es la conciencia que tenemos como seres humanos. Los primeros dos puntos van de la mano, pues las compañías se apegan a los estándares impuestos, sin embargo, debemos pensar más a futuro. Es cierto que las normas son muy importantes y debemos cumplir con ellas, pero es más importante el que tomemos conciencia del impacto, favorable o desfavorable, en el que estamos participando con acciones tan pequeñas como imprimir en una hoja nueva o en una reciclada.
Este ejemplo de la hoja aplica en cualquier ámbito, ya sea en todas las actividades necesarias para entregar en México un auto que ha sido ensamblado en Alemania con piezas que fueron manufacturadas en 10 distintos países, como en las acciones requeridas para que un restaurante sirva la comida a sus clientes, o una pastelería en crecimiento que está empezando a vender y distribuir sus productos dentro de la ciudad.
Importante tomar en consideración que el concepto de una cadena de suministro competitiva y sostenible incluye tanto las actividades directas o primarias, las cuales van agregando valor al producto o servicio desde la materia prima hasta la entrega al cliente final; como las actividades indirectas o secundarias, que permiten que el producto avance por los distintos eslabones o etapas de la cadena. A su vez, tanto los proveedores que participan de manera directa en nuestra cadena, como los proveedores de nuestros proveedores, deben estar alineados.
Tomando el ejemplo del auto que se entregará en México, las diferentes plantas de manufactura que intervienen en el proceso pueden tener o no, por citar algunos ejemplos, plantas de tratamiento de agua, alimentación a base de celdas solares, instalaciones y horarios para aprovechar más la luz natural y consumir menos electricidad, trabajar con proveedores que utilicen transportes eléctricos, tener procesos digitales para realizar tareas administrativas, o el manejo de materiales peligrosos. En el caso del restaurante, este puede optar o no por desarrollar las comandas de manera electrónica, actualizar sus hornos y equipos para usar menos energía o desprender menos gases, separar y tratar los desechos, tener proveedores que se preocupen de igual manera por la sostenibilidad. En el caso de la pastelería, hay opciones para comprar la materia prima a empresas que se preocupan y participan en el cuidado del medio ambiente, el tipo de materia prima que se usa y distintas alternativas para la distribución y entrega de los pedidos.
Aunque estos 3 ejemplos son de distintas industrias, todos tienen cadenas de suministro y pueden elegir entre realizar acciones aisladas o una estrategia y un plan a largo plazo que vaya encaminado a la sostenibilidad. Para desarrollar la segunda opción (estrategia a largo plazo) debemos tener muy claro qué queremos lograr, cómo lo lograremos y nuestra contribución al entorno.
La estrategia de competitividad y sustentabilidad en nuestra cadena de suministro se debe transformar en una cultura, una forma de realizar cada actividad dentro de la empresa.
La congruencia juega un papel muy importante en el desarrollo de la cultura, pues alguien que actúa de cierta manera dentro de la empresa, debe hacerlo también por fuera, con lo que, sin ser su principal objetivo, va participando en el desarrollo de otras cadenas competitivas y sustentables.
Importante considerar la mejora continua, pues juega un papel crítico en el desarrollo de las cadenas en cuestión, ya que, por más pequeño que sea un cambio que produzca beneficios, cada uno de ellos va sumando y contribuyendo a nuestro objetivo.
Como conclusión, es fundamental desarrollar una estrategia y plan a largo plazo, una estrategia que incluya un cambio cultural que debe tener sus raíces en las posiciones más altas de la organización para establecer las directrices y liderar con el ejemplo. De esta manera, desarrollaremos cadenas de suministro competitivas y sostenibles que ayudarán a cuidar y preservar el medio ambiente.