Cuando puedes acceder a los productos sin hacerte preguntas como: ¿Cómo llegó hasta aquí? ¿Dónde se fabrica? ¿Llegó en un buque o en camión? ¿Las materias primas son de qué país, región o ciudad? ¿Por qué no encuentro el producto que necesito? ¿Qué pasó, que no encuentro lo que necesito? ¿Cuándo vuelvo a ver si ya llegó? ¿Dónde puedo conseguir este producto? ¿Tengo que buscarlo en otro sitio?
En mi experiencia de casi 20 años, trabajando con indicadores diarios de medición de servicio y costo en las cadenas de abastecimiento, me centraba en lograr que el producto fuera de calidad, estuviera disponible en lugar, tiempo, cantidad y a buen precio; eso requiere un gran esfuerzo de muchas manos, de muchos actores que hoy son reconocidos como los héroes del abastecimiento, decirle al equipo: el protagonista es el servicio y nosotros debemos estar siempre tras bambalinas dejando que el producto y el servicio sean los que brillen ante las cámaras, porque si quieres ser la estrella estas en el área equivocada.
En la cadena de suministro cuando menos saben de nosotros es cuando mejor está hecho el trabajo, y esto se explica muy sencillo, cuando algo falla te das cuenta que los camiones se varan, los conductores se enferman, las carreteras se cierran, los buques se hunden, se confunden las cajas y por ende su contenido, y miles de cosas más que pasan en el día a día; aprendí que estos problemas y situaciones eran inevitables; lo que si era estratégico, era tener un modelo de detección temprana, de reacción inmediata, y lo más importante de personas profesionales, comprometidas con el servicio al cliente, con solucionar y aprender a reaccionar al menor costo posible.
Movemos la economía con muchos retos en Colombia, y en Latinoamérica nos encontramos con una infraestructura que ha ido avanzando y que debe estar a la par del crecimiento de movimientos, con mayor tecnología en puertos y seguridad en las carreteras; tenemos un gran rezago en los trámites fronterizos y sobre todo con grandes retos de automatización en el servicio de las entidades de control.
Es importante para reducir los costos de operación que se agilicen los controles y disminuyan los tiempos que hoy pueden tardar entre un 20% y un 40% en el proceso de un pedido, o como lo llamamos en nuestro medio el ciclo de la orden. Un ciclo que puede tener tantos pasos, como complejidad en el proceso mismo, ya que depende de factores como el origen de las materias primas, la fabricación y distribución.
Cada sector, cada producto, cada servicio tiene su propia complejidad y eso es lo que hace que los líderes de las cadenas de abastecimiento nos enamoremos cada día de nuestra labor, nos sintamos retados, pues el tiempo se convierte en una carrera contrarreloj para solucionar y llegar con el pedido dentro de los tiempos estimados y completo.
Para lograr tener una cadena de abastecimiento de nivel mundial es fundamental capacitar a los miembros del equipo en servicio al cliente, en ventas, en finanzas y en liderazgo, estos factores acompañados de las habilidades técnicas y la experiencia, aseguran el triunfo con un desempeño sobresaliente.
Las mejores cadenas de abastecimiento que conozco tienen la habilidad de dar autonomía a los miembros de su equipo para tomar decisiones de riesgo y para ser premiados por asumir la responsabilidad independiente del resultado. Cada vez tenemos más compañías que humanizan la logística y le dan un verdadero significado al empoderamiento, reconociendo la ardua e importante labor de los que hoy nos aseguran tener abastecidos nuestros hogares.
Quiero seguir alentando a las cadenas de abastecimiento a su invisibilidad, ser como el aire, que no lo vemos pero no podemos vivir sin este elemento. Las cadenas de abastecimiento son el aire, el aliento que nos permite avanzar como sociedad y si les damos la importancia, serán el factor que nos hará más competitivos como compañías y como región.
Aplausos para todos los actores de la cadena de abastecimiento, sobre todo a los que son invisibles, esto significa que están haciendo la labor de manera sobresaliente.