El contexto en el que nos encontramos es una buena oportunidad para reflexionar sobre el papel que tienen las organizaciones en la adaptación y el cumplimiento de las metas asociadas con la generación de valor económico, social y ambiental.
Los valores que representan la esencia de la sostenibilidad, se han convertido en un aspecto necesario para competir y colaborar, inclusive se puede decir que son el mejor camino para garantizar el éxito de las organizaciones; es por esto que incorporarlos en el ADN corporativo, implica no solo contar con principios que establezcan la forma de hacer bien las cosas, sino también tener la capacidad de instituir un liderazgo comprometido con ejecutar, proyectar y articular todos los esfuerzos que se generan alrededor de la sostenibilidad.
En ese sentido, componentes como la cadena de suministro comienzan a adquirir una atención especial, pues en ella convergen diversos actores que contribuyen a la satisfacción de las necesidades de los clientes, quienes no solo evalúan el producto final, sino que se interesan por el origen de los materiales utilizados, por los métodos bajo los cuales son producidos y por las condiciones laborales de los trabajadores.
En el caso de la elaboración de soluciones de papel y cartón, se necesita que cada uno de los eslabones que componen la cadena de suministro, se comprometan con el cumplimiento de los más altos estándares de sostenibilidad durante el proceso de extracción de las materias primas; la generación de beneficios para el medio ambiente, los trabajadores forestales y las comunidades de las áreas de influencia; y la alineación con procesos que beneficien la cadena productiva, tal como lo hace la economía circular, la cual busca romper con el esquema tradicional de tomar, hacer y desechar.
La industria del papel es sostenible por naturaleza, ya que la materia prima en la que se basa es renovable y los productos terminados son reciclables y biodegradables, muy en línea con las tendencias de consumo responsable. Los consumidores prefieren productos hechos con materiales fáciles de disponer, reutilizar o reciclar, y con procesos de producción enmarcados bajo los parámetros legales.
En Smurfit Kappa, durante la primera etapa de nuestra cadena de suministro trabajamos bajo el esquema de certificación FSC®, el cual garantiza que las fibras vírgenes y recicladas que utilizamos han sido gestionadas de manera responsable; este proceso nos permite asegurar la correcta trazabilidad de nuestros productos, a la vez que entregamos a nuestros clientes soluciones de empaque alineadas con sus expectativas de consumo y que les ayudan a tener cadenas de abastecimiento más eficientes y que representen menor riesgo.
Jugamos un papel clave a través de nuestra labor de reciclaje. Al continuar con el ciclo de vida del papel aportamos a los ecosistemas, impulsamos el ahorro de energía, agua potable, dinero y esfuerzo; además ayudamos a disminuir la contaminación y los residuos que van a rellenos sanitarios. Esta etapa de la cadena de abastecimiento genera empleo y bienestar para muchas familias colombianas que viven del reciclaje. Con nuestra operación generamos alianzas con más de 350 proveedores en 116 municipios del país para la recolección de material reciclable de papel y cartón.
Lo anterior, solo ha sido posible gracias a que hemos establecido parámetros que nos permiten seleccionar y evaluar la adaptación de los diversos niveles de la cadena de suministro, de acuerdo los principios que profesamos y que caracterizan nuestro ser y nuestro quehacer.
Rodearse de aliados estratégicos afines a los valores de la organización es la manera más eficiente para asegurar la existencia de una cadena de suministro sostenible y responsable, y así garantizar una oferta de valor diferencial que trasciende en el producto que ofrecemos al mercado.