La sociedad actual se enfrenta a grandes desafíos que hacen que las empresas y sus respectivos negocios se encuentren enmarcados dentro de un ambiente altamente VITCA, es decir, volátil, incierto, turbulento, complejo y ambiguo. En un escenario donde todo esto sucede en simultáneo,tener una cadena de suministros competitiva y sostenible que permita responder a estos retos es indispensable para la supervivencia de cualquier negocio.
Para comenzar, vale la pena aclarar el concepto de “cadena de suministro” que se puede definir en términos muy generales, como la serie de actividades que conectan en un mercado la demanda con la oferta, mediante los procesos de compra de materias primas e insumos para la fabricación, producción, almacenamiento y la entrega de los productos al cliente final.
Cada industria tiene su propio modelo, inclusive dentro del mismo sector se pueden encontrar prácticas distintas entre las organizaciones. De este modo, la cadena de suministro pasa de ser la simple ejecución de las tareas operativas a convertirse en un concepto clave para la operación de cualquier compañía, pues integra de manera colaborativa la visión comercial y de marketing, con las capacidades de manufactura y producción, sin perder de vista las relaciones con los proveedores.
La adecuada gestión de la cadena de suministro es indispensable para cualquier empresa, ya que esta soporta la propuesta de valor, haciendo realidad la promesa hacia el cliente y, de igual manera, apoya la toma de decisiones que tienen que ver con la rentabilidad y el uso adecuado del capital de trabajo de las organizaciones. Por lo anterior, es fundamental impulsar una serie de características que permitirán llevar a una cadena de suministro hacia la competitividad y la sostenibilidad.
Para mí, la cualidad más importante para cumplir esta meta es el liderazgo. El talento humano es crucial para la operación de cualquier compañía, pues a fin de cuentas son quienes se encargan de que todos los procesos se ejecuten con transparencia y compromiso. Por ello, se debe impulsar el desarrollo de las capacidades analíticas y críticas de los colaboradores, para que sean partícipes y propositivos frente a los cambios que se exige el mundo actual.
Así mismo, es clave poder contar con líderes capacitados que sean la guía de aquellos que hacen parte fundamental de toda la cadena. En cualquier empresa es indispensable que los colaboradores cuenten con el ejemplo, el apoyo constante y el seguimiento para que cada desafío al que se enfrenten sea una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento para todos los miembros del equipo y de la compañía.
En este sentido, es necesario que todo el talento humano tenga una comprensión clara de los conceptos de competitividad y sostenibilidad de una forma cercana y alineada con los propósitos de su área y de la empresa. Solo de este modo, se puede lograr tener un equipo colaborativo, que sería otra cualidad necesaria para el funcionamiento de este modelo; pues en conjunto, interiorizarán estos conceptos y los volverán parte de su cotidianidad y, además, los utilizarán como criterios afianzados para la adecuada toma de decisiones. Es decir, que cada parte de la cadena se pensará en función de ser competitivos y sostenibles para el mercado y la sociedad actual.
Otra característica debe ser la innovación, pues el mundo globalizado está cambiando constantemente, es allí donde las compañías deben ser flexibles y adaptarse al cambio, buscando nuevas formas de hacer las cosas y de dar respuestas acordes a las nacientes necesidades de los clientes, quienes son cada vez más exigentes y mejor informados. Solo de esta manera se podrá ganar la preferencia del consumidor y asegurar la fidelización hacia la marca y sus productos o servicios.
El objetivo principal de la cadena de suministro es apalancar el crecimiento y desarrollo de las compañías con la ejecución eficiente de las actividades, buscando la entrega del producto al cliente en óptimas condiciones, en el momento que lo requiere y con una estructura de costos altamente eficiente. Los procesos innovadores facilitan la entrega oportuna de los productos, pues estos son adaptados a las necesidades de los consumidores actuales.
Por último, la trascendencia, ya que la competitividad y la sostenibilidad deben ser lo suficientemente sólidas para que sean prácticas y se puedan llevar más allá de los muros de las empresas, vinculando a los hogares y a las comunidades. De esta manera, el impacto de lo que se haga tendrá mayor profundidad y servirá para mejorar las condiciones generales de calidad de vida y preservación de la sociedad.
En ese sentido, es importante potenciar programas que además refuercen el mensaje de sostenibilidad. Desde mi experiencia en Alquería he sido parte de iniciativas que buscan promover un Planeta Larga Vida en donde el cambio climático, la energía, el agua, la economía circular y la ganadería sostenible son tomados como prioridad, no solamente en toda la cadena de suministros sino en las acciones externas que se realizan. Así mismo, con la Fundación Alquería se ha aportado a mitigar las brechas sociales. Todo esto en el mundo actual es fundamental para crear no solamente empresas más sólidas y competitivas sino un mundo más sostenible y solidario.