Propósito

Planta árboles que nunca verás

1920 1080 Revista RS Edición 94

Por: Rubén Duque, Conferencista Internacional y Director Técnico de la Selección Mexicana de Rugby – México

Durante más de 10 años se ha dedicado, de manera paralela a su rol de Seleccionador Nacional de Rugby en varios países (España y México principalmente). Director Deportivo y de Formación en diferentes continentes, a ayudar a personas y organizaciones a generar posibilidades de cambio y ser capaces de elevar sus estándares de vida, de rendimiento y de resultados a través de sus servicios de Coaching Ejecutivo, Coaching de Equipos, Workshops a Empresas y su importante labor como Speaker Internacional. Sus conferencias son de Alto Impacto, donde a través de un estilo dinámico y único, comparte las mejores estrategias de Motivación, Liderazgo y Trabajo en Equipo y Valores que ha podido experimentar y extraer desde el Deporte de Alto Rendimiento al mundo de la empresa y a la vida en general.

Ser capaces de satisfacer las necesidades y objetivos actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones exige mirar al presente con un ojo puesto siempre en el futuro. Solamente así es posible pensar en un desarrollo sostenible.

No hay desarrollo sostenible sin desarrollo del talento humano y amplitud de consciencia. Y no hay un desarrollo óptimo del talento humano sin un propósito claro individual y colectivo que converja y que se pueda transformar en un legado.

Hoy más que nunca es urgente e importante profundizar en el concepto del propósito, ya que se sabe que cerca del 80% de las personas no disfrutan de lo que hacen y alrededor del 70% de la gente no está comprometida con su trabajo. Es decir, el aburrimiento y la mediocridad gobiernan entre las paredes de las organizaciones y los corazones de las personas que las componen ¿imaginas personas, familias, organizaciones o países capaces de generar un desarrollo sostenible con estos datos tan escalofriantes?  

Poner foco en el propósito lo cambia todo. Un acto que, como explico en mi libro “Millennials. Adiós al trabajo aburrido”, requiere de una mirada al interior de uno mismo, y una mirada al exterior.

La mirada al interior, desde una contextualización individual, implica revisar cuáles son tus talentos, qué haces bien, qué destaca la gente de ti… con qué pierdes la noción del tiempo. Algo imprescindible de conocer para caminar por la vida con mucha más intención y felicidad y que, por cierto, rara vez nos enseñan en la escuela o en la universidad.

La mirada al exterior consiste en identificar qué problemas, injusticias o necesidades hay en el mundo, para después de elegir alguno de esos problemas, injusticias o necesidades, decidas hacerte cargo de contribuir a esa causa a través de tus talentos. Y aquí la palabra clave es servir. Pon tus talentos al servicio del mundo y conviértelo en una profesión.

¿No tiene acaso sentido? Si vives cada día desde tus talentos, estarás ofreciendo al mundo aquello que haces mejor. Además, esto normalmente va asociado a aquello que te hace disfrutar. Por tanto, no te importará emplear tantas horas como sean necesarias para hacer las cosas con excelencia. Si esto fuera así, la cifra del 80% de la gente que no disfruta de lo que hace se iría por los suelos. Al igual que la del 70% que no está comprometida con su trabajo. Pero además, el mundo se lleva el mayor valor posible a través tuyo. Todos ganan.

Lo mismo ocurre a nivel organizacional. Las empresas con propósito, más allá de lo meramente económico, serán aquellas que consigan trascender. Pues como sucede a nivel individual, tendrán una causa a la cual contribuir haciendo uso de todo el talento. De nuevo, la clave está en poner el foco en servir al otro, en hacer las cosas desde el propósito.

Las empresas con propósito, más allá de lo meramente económico, serán aquellas que consigan trascender.

Es necesario que las empresas compartan y comuniquen ese propósito al interior de las mismas y que sus líderes sean consecuentes entre su discurso, sus decisiones y las acciones que se llevan a cabo.

Cuando, además, las organizaciones facilitan y potencian el desarrollo del propósito individual, el concepto de sostenibilidad es posible.

Meses antes de la pandemia, fuimos con la Selección Mexicana de Rugby a jugar el Americas Rugby Challenge a Medellín, Colombia. Un torneo que permite competir a dos países de Norteamérica (Islas Caimán y México) con dos de Sudamérica (Colombia y Paraguay) durante 10 días.

El último partido que jugaba México era contra Islas Caimán. Necesitábamos ganar el partido para cerrar de esa manera lo que sería la mejor actuación de México en el Campeonato y que nos permitiría ascender hasta la posición 43 del ránking mundial. Nada mal si se tiene en cuenta que 6 años antes estábamos en la posición 76 del mundo.

La última vez que nos enfrentamos a Caimán un año y medio antes perdimos en un encuentro que no supimos controlar y que llevó a una ruptura dentro del equipo.

La noche previa, en la última junta con el equipo, al margen de lo técnico y lo táctico, decidí recordarles el porqué estábamos ahí. 

Aquello significaba mucho más que un partido. Entonces, antes de dar la alineación del partido y entregarles uno a uno el jersey de juego, quise compartirles un mensaje para reconectar con nuestro propósito y recordarles la responsabilidad de representar a más de 120 millones de personas que cada día se parten el alma para salir adelante.

El mensaje fue:

  • Honrad a quienes estuvieron antes que tú: gracias a ellos, a quienes quizás no conozcas, estás hoy aquí.
  • Honrad a los que estarán después: y esto tiene que ver, precisamente, con la sostenibilidad, pues siempre has de tener la voluntad de…
  • Plantar árboles que nunca verás: poner todo tu talento al servicio del mundo sabiendo que quizás no vayas a ver tú el resultado, pero, sin embargo, estarás ayudando a que otros, en el futuro, se beneficien de lo que has hecho tú hoy. Esto implica…
  • Ser un buen antepasado, para entonces…
  • Dejar un legado: dejar el jersey de juego mejor que como lo encontraste al llegar a la Selección Nacional (o a tu organización… o a tu familia), para que otros (los futuros niños y niñas Mexicanos) tengan más posibilidades de desarrollo deportivo, personal y profesional, gracias al Rugby. Gracias al trabajo de a los que hoy les toca vestir de verde, blanco y rojo, y que permitirán un mayor desarrollo aún de la Selección Mexicana en el futuro.

Aquel partido se ganó consiguiendo el resultado más abultado de la historia de México. 

Conectar con tu propósito individual y alinearlo al de la organización poniendo el foco en servir a otros es sin duda uno de los ingredientes más relevantes para el desarrollo sostenible de la empresa.

¿Cómo sirves tú o tu organización cada día al mundo a través de vuestros talentos? 

Deja un Legado.

Planta árboles que nunca verás. 

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