Walter Sadid Londoño
Ingeniero Industrial de la Universidad de Antioquia, Especialista en Finanzas, con altos estudios en gestión y liderazgo estratégico de la Universidad de los Andes, y formación en competencias directivas genéricas Actualmente es Gerente de Servicios, Inversiones y Tesorería del Grupo Bancolombia y se ha desempeñado como docente de la Universidad de Antioquia.
La palabra sostenibilidad ya hace parte del contexto de inversiones. Hasta hace poco, se asociaba solo a temas estrictamente relacionados con el medio ambiente, pero realmente va más allá de lo que siempre hemos creído. Por eso, es bueno recordar, así sea repetitivo, los famosos factores ESG (por sus siglas en inglés: Environmental, Social and Governance), o ASG en Colombia, donde se hace referencia al medioambiente, lo social y el gobierno corporativo.
Luego de recordar estos componentes clave, vale la pena mostrar cómo en los últimos cuatro años las inversiones indexadas a estos factores dejaron de ser un mito, o quizá un habilitador para mostrar mejores prácticas corporativas, y pasar a situarse como una nueva realidad en el marco del mercado de capitales. Los montos actualmente emitidos y vigentes en el mercado han crecido de forma exponencial y se han concentrado especialmente en bonos verdes, con un especial detalle, que impactan de forma directa al cambio climático.
Es importante resaltar cómo en Europa se dieron los primeros avances en esta tipología de inversiones, donde todo fue posible gracias a una muy buena generación de políticas públicas y un marco regulatorio con fácil acceso para los actores del mercado (inversionistas, gestores y emisores).
Si bien lo que se busca con estas inversiones es generar impactos positivos en la sociedad y un tema que no se puede pasar por alto, es el perfil del inversionista en estos activos. Los patrones de consumo y las creencias han cambiado, los inversionistas no solo quieren tener rentabilidad en el largo plazo, sino que quieren ver cómo se refleja su inversión en buenas prácticas ESG.
Tampoco debemos olvidar quienes son los que ofrecen estas inversiones. Es primordial garantizar que la asesoría de las instituciones esté alineada con la filosofía, la cultura y la responsabilidad social como pilares fundamentales en su estrategia corporativa, para garantizar que las ventas sean responsables. Allí es donde los reguladores juegan un papel importante en el control que se hace a los emisores y jugadores del mercado.
Para centrarnos en el contexto colombiano, hemos visto cómo han crecido las emisiones con algunas condiciones especiales en las adjudicaciones. Lo que se espera, es que estas se den a la par de las inversiones ordinarias y que tanto el regulador como los proveedores de infraestructura del mercado de capitales en Colombia, permitan tener más acceso y facilidades en el mercado y menores costos.
La Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) emitió hace poco una nueva regulación para el proceso de emisión de bonos verdes, donde hace especial énfasis en las buenas prácticas en este tipo de emisiones, para así, aplicar los más altos estándares mundiales que se encuentran incluidos en los principios de la Asociación Internacional de Mercado de Capitales, junto a los requerimientos de Climate Bond Initiative. También, la Bolsa de Valores de Colombia generó una guía para la elaboración de informes ASG para emisores en Colombia, como apoyo a las compañías que deben asumir nuevos retos sostenibles en los procesos de su cadena de valor.
Ahora bien, las compañías que han emitido se encuentran concentradas en muy pocos sectores económicos y es aquí, donde se ven grandes oportunidades para que muchas empresas logren obtener financiación para sus proyectos de innovación, sostenibilidad y alto impacto a la sociedad.
Debo mencionar otro vehículo de inversión con mayor potencial de masificación a inversionistas, con menos disponibilidad de recursos y con altas intenciones de invertir en estos activos: los fondos de inversión colectiva sostenibles.
En nuestro país ya se tienen algunos en el mercado, algunas características es que invierten únicamente en compañías que cumplen con los factores ASG y otras tipologías afines. Para lograr cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, el acceso a estos fondos es más sencillo para los inversionistas y los montos administrados, que actualmente han crecido muy rápido, lo que refleja confianza y apetito en el mercado.
Para finalizar, quiero dejar estas conclusiones que van en línea con los temas tratados: