Gonzalo Marambio
Ingeniero Comercial, Research Manager de Finanzas Sostenibles LATAM en Vigeo Eiris. Cuenta con más de 4 años de experiencia en análisis de desempeño ASG de empresas; actualmente lidera el equipo de evaluaciones de proyectos relacionados a instrumentos de finanzas sostenibles en Latinoamérica.
Lo único constante es el cambio. Una frase atribuida a Heráclito hace cientos de años, la cual es tan real como certera. El mundo vive en constante cambio y, en el ámbito de los negocios, quienes no se adaptan de manera oportuna, pierden oportunidades. La adaptación a los contextos es un desafío constante para las empresas. Por definición, el concepto Sostenibilidad es clave al momento de enfrentar estos cambios. Sostenibilidad hace referencia a cómo los distintos sistemas se mantienen productivos a lo largo del tiempo y cómo van sorteando sus distintas problemáticas.
No es posible determinar qué tan sostenible es una empresa sólo basándose en un análisis financiero de estas, sino que también es necesario realizar un análisis más amplio, el que debe incluir el contexto que lo rodea (Stakeholders): medioambiente, trabajadores, clientes, proveedores, gobernanza y comunidades. Las empresas ya no deben responder solo a sus inversionistas, sino también se espera que aborden y respondan de manera proactiva a los riesgos en los cuales sus Stakeholders puedan estar involucrados. El paso del tiempo también ha traído nuevos riesgos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) a las empresas: Adaptación al Cambio Climático, Ciberseguridad y protección de la información, Estrés hídrico, Biodiversidad, Pandemias, y así la lista podría continuar. Aquellas empresas que estén mejor preparadas podrán enfrentar de mejor manera los cambios futuros y ser sostenibles en el tiempo.
No es casualidad el movimiento de los Big Three (Moody’s S&P y Fitch) y otras empresas de servicios financieros que han apostado por asociarse con agencias de rating ASG o desarrollar sus propias metodologías de rating ASG con el propósito de no solo ofrecer al mercado un análisis financiero en sus evaluaciones, sino también complementarlas con un análisis del desempeño ASG de las empresas evaluadas.
Otras iniciativas también han comenzado a destacar a las empresas relevantes en su desempeño en temas ASG. En este caso, destaca la iniciativa ALAS20, que premia anualmente el desempeño de empresas en 5 países de Latinoamérica en temas de Sostenibilidad, Gobierno Corporativo y Relaciones con Inversionistas, evaluando tanto el desempeño ASG de las empresas, como también la entrega transparente, relevante y oportuna de información a sus inversionistas.
Bonos Sostenibles como alternativas de financiamiento e inversión responsable
El desafío de la Sostenibilidad no sólo se debe asociar a riesgos, sino también a oportunidades. Una de las oportunidades más notorias es el surgimiento de alternativas de financiamiento como los Bonos Sostenibles (verdes y sociales), los cuales apuntan a contribuir a la tendencia mundial de impulsar los negocios responsables y sostenibles y en el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Los Bonos Sostenibles permiten un desarrollo sostenible de la región gracias a su característica distintiva, que apunta a financiar proyectos e iniciativas que abordan soluciones al medioambiente y/o contribuyen a otorgar beneficios sociales.
En particular en Latinoamérica, se ha visto un énfasis en bonos sociales innovadores con diferentes enfoques tales como los Bonos de Género que buscan abordar la disminución de brechas de género en el acceso financiamiento, o con enfoque COVID-19, los cuales tienen el objetivo de abordar los impactos negativos de la pandemia en distintos sectores, tales como el de salud, microempresas y pymes. Se espera que este tipo de financiamiento continúe siendo una parte esencial de la recuperación social y financiera causada por la crisis sanitaria.
Esta tendencia también se presencia a nivel de emisiones de bonos soberanos, donde en Latinoamérica destacan las emisiones de Bonos Verdes de Chile, el Bono Social de Ecuador y el Bono ODS de México.
Estas nuevas alternativas de financiamiento sostenible no están exentas de evolucionar y adaptarse a los nuevos requerimientos tanto de emisores como de inversionistas. Dentro de las innovaciones del mercado de financiamiento sostenible, se encuentra las emisiones debut de Bonos vinculados a la Sostenibilidad (SLB por sus siglas en inglés). A diferencia de los Bonos Sostenibles, los SLB no apuntan al financiamiento de proyectos en específico, sino que pone a prueba los objetivos de sostenibilidad que tenga el emisor a nivel corporativo, y dependiendo de su cumplimiento o no, existirán cambios en las características del Bono, como por ejemplo un cambio en el valor del cupón. Este tipo de Bonos son una opción más flexible para los emisores que buscan alternativas de financiamiento vinculados a la sostenibilidad y también permite a los inversionistas ver resultados explícitos de sus inversiones responsables.
Cabe destacar el rol crucial que juegan las agencias calificadoras de riesgo ASG en el mercado, quienes hacen una debida diligencia de los proyectos relacionados a estos bonos a través de una opinión de segundas partes que acompañan este tipo de emisiones y entregan a los inversionistas mayores garantías externas al emisor acerca de las credenciales sociales y ambientales de los proyectos a financiar.
Bonos de transición, un desafío pendiente
Uno de los temas pendientes en las alternativas de financiamiento sostenible es la creación de guías que regulen los Bonos de Transición. Estos buscan financiar la transición hacia una economía baja en carbono, con particular énfasis en sectores intensivos en carbono, los cuales están excluidos del mercado actual de finanzas sostenibles pero que tienen un rol significativo en la protección al medio ambiente y en particular en la reducción de gases efecto invernadero. Este instrumento fomenta e incentiva las industrias más contaminantes a cambiar su comportamiento de negocio hacia uno más responsable y verde.
Existe un amplio debate de cómo debería enfocarse este tipo de bonos, y hasta el momento no hay guías internacionales que regulen este tipo de emisiones. Sin embargo, esto no limita a las empresas a emitir y estructurar sus bonos de transición, tal como el primer Sukuk (certificado financiero estructurado islámico) de transición en el sector de aviación por la aerolínea Etihad.
¿Qué es lo que viene?
Considerar el desempeño de las empresas en temas ASG es una tendencia que llego para quedarse, trayendo desafíos y oportunidades tanto a empresas como a inversionistas. Lo que ha comenzado como iniciativas privadas, ya se está convirtiendo a paso firme en regulaciones nacionales e internacionales. Es probable que, más pronto que tarde, las empresas se vean obligadas a adoptar medidas en temas ASG, ya sea por presión de regulaciones, clientes o inversionistas. Aquellas que han comenzado a adoptar estos temas de manera temprana estarán en un mejor escenario para demostrar ventajas competitivas en sus respectivas industrias. Hacer las cosas bien siempre es un buen negocio.