Por: Fernando Legrand, Coordinador Regional en CapacitaRSE
Fernando Legrand es Coordinador Regional de CapacitaRSE (https://cursosderse.com/), 1er Centro de Educación Online Ejecutiva en Responsabilidad Social y Sostenibilidad de las Américas que funciona en línea desde hace más de 16 años. Es además, docente del Diplomado de Análisis ESG y el Máster de Sostenibilidad en la misma institución. Conferenciante internacional y docente invitado por universidades de toda América.
América Latina tiene la oportunidad, como nunca antes, de ser protagonista del nuevo movimiento por las Finanzas Sostenibles que está posibilitando mantener viva la agenda del Desarrollo Sostenible en todo el mundo y apoyar, con mecanismos de Inversión Responsable, la transformación sostenible en diversos sectores de la economía mundial.
Los principales fondos de inversión y tomadores de decisión se convencieron acerca de las oportunidades que representa la Inversión Responsable tras el mayor evento disruptivo de nuestra vida moderna: la pandemia del coronavirus. Cuando en marzo de 2020 los mercados mundiales se desplomaron, los fondos de inversión prestaron atención a qué activos se lograban recuperar más rápido, y resultó que los Bonos vinculados a criterios ASG fueron los que lograron una curva más rápida.
Podemos decir que parte de este trabajo se debe al aumento de la conciencia ambiental y social, que ha llevado a cada vez más personas y organizaciones a buscar formas de invertir de manera responsable y sostenible. Y en este escenario, la oportunidad de América Latina no podría ser mejor en este momento de la historia.
Según el Estudio Anual de Inversión Responsable 2022 de Governart, el 55% de los inversionistas declara incorporar el cambio climático en las creencias y políticas de inversión de su organización, consolidando a este tema como el principal riesgo financiero. Pero quedarnos en el enfoque ambiental sería tener la mirada corta. Los inversores vienen demostrando mayores esfuerzos a nivel de gobierno corporativo, incorporando mejores prácticas, políticas de sostenibilidad y generando portafolios de inversión que se rigen bajo criterios ASG para ampliar su menú de opciones.
México, Brasil, Colombia, Chile y Perú son los mercados mejor ranqueados para la inversión responsable, según este estudio, y donde también se comienzan a presentar oportunidades que pueden comenzar a exceder el alcance de los grandes grupos institucionales de inversión.
Pero sin dudas, el gran factor que marca la relevancia que ha tenido la inversión responsable a nivel regional ha sido la salida de fondos de inversión ASG para el público minorista, en los cuales, desde la app de tu entidad financiera, cualquier cliente puede invertir en Fondos Comunes de Inversión (FCI) desde montos equivalentes a 1 dólar.
¿Cómo aprovechan las empresas sostenibles esta oportunidad?
Mencionaba algunas líneas más arriba que estamos, a nivel regional, en un escenario que no podría ser mejor. Es cierto que los niveles de pobreza siguen siendo abrumadores, la inflación post pandemia aún cuesta ser controlada para muchos países y que la estabilidad política aún sigue siendo un riesgo determinante para mantener las reglas de juego a mediano y largo plazo.
Pero aún con estos retos de contexto, América Latina y el Caribe están llamados a ser protagonistas de esta transformación sostenible en marcha, que viene con muchos retos de nivel social (como el futuro del trabajo) y también a nivel ambiental, por la mayor demanda de recursos naturales para contribuir a la llamada transición verde.
En nuestra región, contamos con recursos muy valiosos para este escenario, que están impulsando a las empresas de los sectores de la minería, manufactureros, siderurgia y cemento a profundizar sus estrategias de sostenibilidad. ¿Con qué objetivo? Precisamente con el de poder captar buena parte de estos fondos disponibles de inversión responsable que buscan actores de confianza para poder asegurar su retorno. Y aquí la confianza está precisamente dada por la adopción por parte de las empresas de un enfoque ESG que pueda procurar la incorporación de indicadores y metas asociadas que sean realistas y adaptadas al contexto.
Una de las claves de la Inversión Responsable es que existen grupos que actúan para direccionar de forma positiva las decisiones de inversión. En los principales fondos de inversión, se considera una buena práctica contar con una lista de exclusión pública respecto a aquellos sectores que no se van a financiar por estar vinculados a prácticas que no contribuyen a la sostenibilidad. Según el mismo estudio referenciado anteriormente, el 61% de los inversores a nivel regional declara contar con lineamientos de exclusión en su política de inversión responsable.
En cambio, empresas que trabajan en el ámbito extractivo pero de recursos clave para esta transición verde, como son el cobre o el litio, en los que Argentina, Bolivia, Chile y México tienen participación relevante, podrán beneficiarse de esta corriente de inversión siempre que demuestren que su gestión sostenible estará orientada hacia criterios ASG que aseguren un resultado financiero equilibrado con los impactos económicos, sociales y ambientales.
Los fondos de inversión responsable van mucho más allá de los recursos. También están presentes en oportunidades vinculadas al sector de la construcción, con lo cual terminan siendo un vehículo para generar empleos, aumentar la competitividad de las empresas y atraer inversión extranjera.
Al mismo tiempo, la inversión responsable puede contribuir a contrarrestar la pérdida de biodiversidad o asegurar la diversidad e inclusión del acceso a mecanismos de financiamiento. En definitiva, como señalaba ya en 2004 las Naciones Unidas, se trata de contribuir a la estabilidad financiera generando mejores oportunidades de acceso para todos.