Por: María Gloria Timmermann, Gerente de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad – Bolsa de Santiago
Ingeniero Comercial con mención en Administración de Empresas, con formación en la Pontificia Universidad Católica de Chile y Universidad de los Andes. Es Gerente de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad de la Bolsa de Santiago desde enero de 2020 y cuenta con 17 años de experiencia en relaciones con inversionistas y gestión de proyectos en compañías locales y multinacionales.
En la actualidad hemos visto cómo ha ido avanzando la inversión responsable en Latinoamérica y de qué forma los inversionistas consideran cada vez más relevantes los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo para tomar decisiones financieras. Una muestra de ello es que cerca de un tercio de los activos administrados en el mundo están sujetos a criterios ASG, lo que representa un aumento de más de 30% desde 2016.
Asimismo, ha existido un incremento notorio en términos de los gestores de fondos que se han adherido a los Principios de Inversión Responsable -PRI-, llegando a más de 50 en América Latina, lo que ratifica el importante avance en esta senda sostenible.
Este nuevo paradigma implica que los diferentes actores del mercado deben generar y garantizar el acceso a información de la gestión ASG de manera de incorporarla en los análisis de riesgo y, por ende, en las decisiones de inversión. Así, se logrará redireccionar el capital hacia entidades que propicien un modelo de desarrollo económico y empresarial transparente, sostenible, resiliente, respetuoso de los derechos humanos y bajo en carbono.
Lentamente vamos transitando desde el tradicional “shareholders capitalism” al “stakeholders capitalism” donde el propósito de las compañías es crear valor a largo plazo para todos los grupos de interés y no sólo maximizar las ganancias para los accionistas a costa de otras partes interesadas. Bajo este concepto, las organizaciones tienen el deber de contribuir al progreso económico, social y sostenible de las geografías donde están presentes.
La 3era versión del Estudio ESG Investment Practices que la Bolsa de Santiago realizó en conjunto con SSINDEX a mediados de este año – que por primera vez consideró no sólo la visión de los inversionistas institucionales, sino que también de las empresas emisoras de valores –, evidenció que el 90% de los inversionistas encuestados tiene una política ASG para invertir o está trabajando en ella. Además, un 23% señaló que ha desinvertido en empresas por mala gestión ASG, debido principalmente a temas de gobernanza y factores medioambientales.
Estas cifras nos muestran que se está generando conciencia en todos los actores del mercado, quienes han entendido que los asuntos de sostenibilidad vistos desde el riesgo y la oportunidad son esenciales para la continuidad y el éxito de los negocios.
Desde este punto de vista, quisiera hacer énfasis en el tema medioambiental y en la relevancia que juegan las finanzas para dar cumplimiento la agenda climática mundial. De acuerdo con el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC por sus siglas en inglés), estamos en una situación crítica la cual debemos abordar con urgencia.
Pese a que en los últimos años hemos visto la puesta en marcha de programas, planes y políticas tanto de gobiernos como de empresas, no ha sido suficiente para combatir el cambio climático, que está en una fase decisiva y nos convoca hoy. Aún estamos a tiempo de involucrarnos y, desde nuestros diferentes roles, incentivar prácticas sostenibles para seguir combatiendo esta crisis, que amenaza el bienestar de las futuras generaciones.
En la Bolsa de Santiago, como articuladores del mercado de capitales, impulsamos diversas iniciativas para promover la integración de criterios ASG de manera de propiciar en el mercado su adopción y, por ende, el establecimiento de un escenario de transparencia y confianza entre todos los grupos de interés. Proveemos herramientas e instrumentos que nos permitan contar con más oportunidades de financiamiento e inversión, cumpliendo con criterios ambientales, sociales y de buena gobernanza.
A modo de ejemplo, podemos mencionar nuestra participación en la Mesa Público–Privada de Finanzas Verdes liderada por el Ministerio de Hacienda de Chile, para incorporar los riesgos y oportunidades del cambio climático en la medición de los riesgos financieros y en el Chapter Zero en Chile, un proyecto que nació en junio de 2019 en Reino Unido y es parte de la Iniciativa de Gobernanza Climática Global del World Economic Forum, que se estableció con la finalidad de desarrollar conciencia respecto del cambio climático y los riesgos empresariales en los directorios.
En términos de instrumentos estamos orgullosos de haber presentado a comienzos de año el S&P IPSA ESG Tilted Index, un indicador lanzado en conjunto con S&P Dow Jones Indices, que pondera a las empresas con mejor desempeño ASG de los componentes provenientes del S&P IPSA, el principal indicador bursátil chileno y que, además, se unió a nuestra familia de índices de sostenibilidad, como el Dow Jones Sustaintability Index Chile – lanzado en 2015 – y el Dow Jones Sustaintability MILA Pacific Alliance Index – lanzado en 2017. Esta incorporación significó un paso muy importante para nosotros pues la sostenibilidad es un pilar estratégico en la que se funda nuestro propósito de dar a conocer, difundir y promover las mejores prácticas ASG en el mercado y permitió la incorporación de un ETF basado en dicho índice, dando acceso a los inversionistas a fondos que cotizan en nuestra Bolsa, diversificando sus portafolios con activos sofisticados y de bajo costo.
Hoy, todos los actores tenemos el desafío de continuar trabajando para construir un mercado más profundo y sostenible en el largo plazo.
La invitación es a asumir este importante reto y continuar promoviendo la inversión responsable, de manera de avanzar hacia el desarrollo sostenible que tanto anhelamos. Desde la Bolsa de Santiago, seguiremos promoviendo que cada día haya más conciencia sobre el rol que compañías e inversionistas tienen en la sociedad y cómo su actuar potencia el crecimiento de los países y sus habitantes. Los invitamos a seguir avanzando en la senda de la sostenibilidad y aportando al desarrollo de todos.