El sector fiduciario como aliado del desarrollo sostenible

2000 1125 Revista RS Edición 101

Estefanía Aja Medina


Vicepresidente técnica y financiera de Asofiduciarias

Economista con maestría en economía de la Universidad de los Andes y especialista en derecho financiero de la Universidad del Rosario. En su trayectoria profesional cuenta con una amplia experiencia en el sector público desde donde participó en el diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas de distinta índole. Ha trabajado en el Departamento Nacional de Planeación, en Acción Social (hoy Departamento para la Prosperidad Social) y en la consejería a cargo de los temas de competitividad en la Presidencia de la República. En el sector privado ha trabajado en organizaciones gremiales como la Asociación Colombiana del Petróleo y la Asociación de Fiduciarias, donde actualmente se desempeña como Vicepresidente Técnica y Financiera.

Aura Elena Velasco Castillo


Directora Técnica de Asofiduciarias

Economista de la Universidad Externado de Colombia con especialización en Finanzas de la Universidad de los Andes. Experiencia como líder de áreas de riesgos financieros, operativos y de sostenibilidad. Ha trabajado en entidades privadas y públicas del sector financiero como Fiduagraria, Fiduciaria Bancolombia y Fiduciaria BBVA. También cuenta con experiencia en las agremiaciones de Fondos de Pensiones, Asofondos, y en la Agremiación de las Fiduciarias, Asofiduciarias, donde actualmente es la Directora Técnica, a cargo del Grupo de Apoyo Técnico de Sostenibilidad.

Dentro de las distintas entidades del sector financiero colombiano, las fiduciarias cuentan con una posición destacable al administrar activos por un valor de $932 billones de pesos equivalentes al 58% del PIB y al 62% de todos los recursos de terceros del sistema financiero. Dichos activos se administran mediante el desarrollo de dos grandes actividades, principalmente: negocios fiduciarios y administración de portafolios de inversión, dentro de los cuales se destacan los fondos de inversión colectiva.

En la transición hacia una sociedad más respetuosa con el medio ambiente, que conserve recursos naturales sin comprometer los recursos de generaciones futuras, y que logre mejoras en la calidad de vida de las personas, “el sector fiduciario, como articulador de negocios y promotor del ahorro y la inversión, se ha trazado el objetivo de desarrollar su actividad económica buscando aportar al desarrollo sostenible del país”.  Su compromiso empieza a verse reflejado en hitos como la adhesión de 6 fiduciarias a los principios de inversión responsable, la obtención de la certificación en carbono neutralidad por una de estas sociedades, la incorporación progresiva de los criterios ASG en el análisis de las inversiones de los fondos de inversión colectiva y en la estructuración de algunos negocios fiduciarios con objetivos ambientales. 

En cuanto a los compromisos de carbono neutralidad, Fiduciaria de Occidente es la primera en alcanzar dicha certificación en el sector, lo que implica la reducción de su huella de carbono con programas de movilidad sostenible, campañas de educación ambiental, desarrollo de servicios digitales, uso eficiente de los recursos, fomento del teletrabajo, siembra de árboles nativos y compensación de emisiones a través de proyectos de conservación y restauración de bosques en el pacífico sur colombiano. Con un propósito de reducción anual de 5% de su huella de carbono, la Fiduciaria busca mantener esta certificación en el mediano plazo. 

Desde el ámbito de los negocios fiduciarios, un ejemplo destacable es el Fondo para la Vida y la Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, cuyos recursos provenientes del presupuesto nacional, donativos y cooperación internacional ascenderán a cerca de COP $5 billones a 2026 y serán administrados por la Sociedad Fiduciaria Fiducoldex. Los recursos de este fondo tienen una destinación específica para el desarrollo de 13 ecoregiones estratégicas definidas en el Plan Nacional de Desarrollo. Se financiarán planes, programas y proyectos encaminados a la acción y resiliencia climática y a la recuperación, rehabilitación y restauración de ecosistemas ambientalmente estratégicos. De igual forma, las fiduciarias se unen a los compromisos de sostenibilidad en los proyectos de infraestructura de transporte concesionado, aportando en la administración de los recursos financieros destinados a las concesiones 5G, las cuales incluyen tecnologías limpias e innovación sostenible y pretenden mejorar la calidad de vida de los colombianos, principalmente aquellos que viven en las áreas de influencia de los proyectos. El programa de quinta generación tiene como objetivo la inversión de COP 21,8 billones para la implementación de 14 proyectos ferroviarios, fluviales, y aeroportuarios. De acuerdo con Fiduciaria Bancolombia, se estima que casi el 0,5% de la inversión total se destinará a obras sociales solicitadas por la comunidad y a la ejecución de programas para la adaptación y mitigación del cambio climático.

Quizás el mayor desafío de la iIndustria en los negocios fiduciarios es participar activamente en más proyectos de impacto verde y que las ventajas de sus capacidades como administradoras de activos y recursos sean conocidas por todos los sectores de la economía local. Se requiere que los esfuerzos en innovación que viene realizando la industria se incorporen con celeridad a todos los temas ASG y que el acompañamiento de la banca multilateral para el desarrollo de capacidades permee al Sector. 

De esta manera, las fiduciarias podrán aprovechar las oportunidades que surgen del creciente interés nacional y global por adelantar acciones sociales y ambientales con impactos positivos y así seguir acompañando el desarrollo del País aportando desde su rol al desarrollo de proyectos en sectores como los alineados  con la taxonomía verde: energía, construcción de infraestructura y vivienda, gestión de residuos y captura de emisiones, suministro y tratamiento de agua, manufactura, , entre otros.   

Por otro lado, como administradoras de Fondos de Inversión Colectiva (FIC), las fiduciarias han comenzado a incluir dentro de su oferta de fondos que incorporan objetivos ASG, tales como el FIC Sostenible Global de Fiduciaria Corficolombiana y los FIC Renta Sostenible Global y Renta Alta Convicción administrados por el Grupo Bancolombia, los cuales invierten en activos de renta variable internacional que cumplen con criterios ASG. También se encuentra el FIC Renta Sostenible Global administrado por Fiduciaria Corficolombiana con combinaciones de activos en renta fija y renta variable del mercado internacional que cumplen ciertos criterios ASG. Históricamente, las rentabilidades de estos productos se encuentran en los niveles de rentabilidad similares a las de los Fondos que no cumplen con criterios ASG, rompiendo con el mito de que este tipo de productos ofrecen bajos retornos con un nivel de riesgo superior al de los productos tradicionales.

Desde el año 2020 la Superintendencia Financiera de Colombia viene fortaleciendo su regulación ASG para el Sector Financiero y específicamente en temas como la Taxonomía Verde ha puesto en la mira al país como líder regional. La evolución de esta regulación ha alcanzado a los Fondos de Inversión Colectiva en el año 2024, en línea con la preparación que ha venido desarrollando la industria, permitiendo dar un impulso adicional para dinamizar los compromisos sectoriales. Al igual que para las administradoras de fondos de pensiones y las aseguradoras, esta nueva normativa para las administradoras de fondos de inversión colectiva determina que la política de inversión de los FIC debe integrar criterios ASG en la gestión de riesgos y que debe haber transparencia en la revelación de dichos riesgos, así como de los objetivos ASG en el caso de fondos que se estructuren con el propósito de lograr incidir positivamente en alguno de estos asuntos.  

En la administración de FIC, los grandes retos para el sector se encuentran en la definición de metodologías para incorporar los riesgos ASG en los análisis de inversión cuando la información disponible en el mercado, si bien ha mejorado, aún es insuficiente y poco estandarizada. También está el reto de definir metodologías para evaluar, medir y monitorear el impacto social y ambiental de las inversiones cuando estas persiguen algún objetivo ASG.

Si bien el sector fiduciario enfrenta los retos mencionados, también es consciente de que alrededor de los asuntos ASG surgen un sinnúmero de oportunidades que deben aprovechar para continuar aportando al desarrollo sostenible del país y para ser líderes como promotores de la inversión responsable.