¡Es la ética, estúpido*!

2000 1374 Revista RS Edición 100

Corría el año 1992, en plena campaña presidencial en los EE.UU. y la frase del asesor demócrata, James Carville, “es la economía, estúpido” se hizo célebre como eslogan no oficial en la victoria de Bill Clinton frente a George Bush.

La estrategia de la campaña ganadora, por esos días, quería identificarse con las necesidades de la población y sus preocupaciones inmediatas frente a la tasa de desempleo e inflación debido a la mini crisis económica por las altas tasas de interés y los precios del petróleo; por su parte, la de Bush (padre) pensó que los “aparentes” triunfos en la Guerra del Golfo y la consolidación de la globalización política por el derrumbe de la Unión Soviética eran suficientes para continuar en el poder.

Hoy, 31 años después, y como nunca antes, la humanidad ha visto pasar en tan breve periodo de tiempo tantos cambios –muchos muy buenos, aunque algunos no tanto– impulsados por el avance de la tecnología y, consecuentemente, la ‘unificación’ de las culturas y de los modelos de desarrollo.

En 2006, iniciamos este proyecto, convencidos de que generar reputación empresarial basados en las buenas prácticas empresariales contribuiría a la transformación social que nuestra generación necesitaba.

Reconocemos que como medio de comunicación especializado fuimos pioneros y líderes de los temas de responsabilidad social empresarial y sostenibilidad en la región y que hemos aportado a generar espacios de conversaciones, experiencias y conocimientos. No hemos sido ajenos a la crisis mundial de esos medios (casi todos hoy manejados por gigantes conglomerados económicos) y que continuamos gracias a la colaboración de generosos aportes de personas y empresas que han creído en nuestro propósito.

La única manera de haber llegado a un centenar de publicaciones con credibilidad ha sido porque desde nuestra fundación nos trazamos unos principios éticos inalienables. Ellos han sido el sustento de nuestras acciones pese a que nos desempeñamos en un sector real acostumbrado a que el dinero es el medio para conseguir todo lo que desea. En estas 100 ediciones son múltiples las anécdotas de organizaciones que pensaron tranzar información manipulada a cambio de dinero (y eso es otra forma de corrupción).

Pero debo reconocer y resaltar que la mayoría de las empresas respetaron esos principios y entendieron que “RS trabaja con las organizaciones, pero no para las organizaciones”, una pequeña preposición que equivale a un gran salto de independencia en el sector del periodismo y la comunicación.

Indudablemente, tenemos muchas crisis: sociales, ambientales, económicas, etc. Pero me atrevo a asegurar que la principal es una crisis moral. La ambición, la avaricia y el modelo de éxito que hemos construido, basado en cosas materiales, nos está llevando a un abismo profundo, sin luz, y del cual será difícil salir, si no consideramos lo ético y lo correcto (perdón la redundancia) como prioridad. Incluso, la corrupción (que hoy nos parece natural y no nos aterra) es resultado de esa codicia y avidez sin límites.

Por eso, vuelvo a parafrasear el título de este editorial… es tiempo de la ética, de rescatar esa palabra y ese significado que nos aburre pero que necesitamos como fundamento de un nuevo futuro real de desarrollo responsable y sostenible para todos.

*estúpido: necio, falto de inteligencia, según la Real Academia Española

Entreparéntesis:
100 ediciones de RS es un momento único para agradecerles a todos aquellos que han colaborado en todos estos años. Quisiera recordar muy especialmente a Irene Bello, a Rafael Stand y a Erns Ligteringen que desde el cielo nos han acompañado; así como a los miembros de la Junta Directiva, del Comité Editorial y de todo el grupo de editores y periodistas de RS que construyeron cada historia. Por supuesto, no puedo dejar aparte la colaboración de todo el equipo de Good S.A.S. que hizo posible cada edición.

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