Por: Esteban Osorio, Director de Cadena de Suministro en Pinturas Philaac – Colombia
Ingeniero Industrial con estudios de postgrado MBA y máster en Logística Internacional y Supply Chain Management. Cuenta con más de 8 años de experiencia en áreas de cadena de abastecimiento, planeación y logística en empresas del sector real, consumo masivo y servicios, liderando procesos de planeación de demanda, planeación de producción, procesos S&OP, diseño y optimización de redes, modelación y costeo de operaciones logísticas, estructuración, control y análisis de indicadores, inteligencia de negocios y estrategia. Actualmente es el Director de Cadena de Suministro para Pinturas Philaac en Colombia y Perú.
El entorno y economía cambiante que nos ha dejado la pandemia ha forzado a que las cadenas de suministro sean cada vez más resilientes, competitivas y sostenibles. Los incrementos constantes en materias primas e insumos y la escasez y poca disponibilidad por parte de los fabricantes han sido secuelas que hoy en día permanecen en las operaciones logísticas y productivas de las organizaciones, y que resultan ser una fuente de dinamismo en las cadenas de abastecimiento para garantizar la disponibilidad y niveles de servicio a nuestros usuarios.
Los clientes día a día son más exigentes y quieren que sus productos lleguen más rápido a un menor costo. Las plataformas de e-commerce vienen en constante crecimiento y ponen constantemente a prueba las capacidades logísticas de las empresas, obligan a pensar a las compañías si cuentan con los sistemas adecuados (ERP, WMS, TMS) para recibir y gestionar información, cuestionan si requieren tercerizar la operación de entregas, si necesitan establecer nuevas políticas de servicio y si requieren centros de distribución automatizados para el procesamiento de órdenes.
Para que las cadenas de suministro agreguen valor a las operaciones hay dos conceptos claves que deben ir alineados dentro de las organizaciones: La planeación y la ejecución. Ya no es suficiente tener un proceso estructurado de S&OP (Sales and operations planning), proceso en el cual se logra alinear la información de demanda y oferta para alcanzar los objetivos de las compañías mediante flujos de información depurados y alineados, sino que también se requieren procesos de S&OE (Sales and operations execution) que garanticen el puente de comunicación entre las planeaciones mensuales y las operaciones productivas.
Para que las cadenas de suministro agreguen valor a las operaciones hay dos conceptos claves que deben ir alineados dentro de las organizaciones: La planeación y la ejecución.
El tener procesos de planificación que no solo visualizan y preparan a las empresas con diferentes escenarios en periodos de mediano y largo plazo, sino también procesos que permiten a las empresas adecuarse a la información en tiempo real, permite que la cadena de suministro sea más competitiva. La información y los datos se convierten en los drivers principales de las cadenas de suministro, el uso de tecnologías de inteligencia artificial que permiten la disminución de errores en los pronósticos de demanda, optimizar los niveles de inventario, reducir los backorders de productos y mejorar los niveles de servicio, asegurando que las operaciones sean más rentables.
Es por esto que los gobiernos y empresas se esfuerzan por medir sus costos logísticos con el principal objetivo de generar eficiencias que permitan que los productos sean más competitivos en el mercado y garanticen el nivel de servicio al consumidor. En el país el índice de entrega perfecta OTIFAC (On time in full and quality control) en promedio es de 74.6 %, indicador que menos del 58 % de las empresas en el país miden y que es un claro termómetro del desempeño de la cadena de suministro, ya que mide globalmente la operación. Entregar los pedidos en el tiempo correcto, la cantidad correcta, los documentos requeridos para las entregas y la calidad estipulada por los clientes resulta ser un reto para las empresas.
A nivel operativo, el uso de herramientas de ruteo, georreferenciación y rastreo no solo permiten a los equipos operativos disminuir tiempos de planificación de rutas, sino que garantizan optimización de flota vehicular impactando directamente la huella de carbono en las empresas y contribuyendo al crecimiento sostenible de las mismas, eje fundamental en una nueva era donde ser amigable con el medio ambiente fortalece las estrategias organizacionales. Las energías renovables empiezan a participar en las operaciones logísticas utilizando paneles solares para abastecer centros de distribución, uso de vehículos eléctricos para realizar entregas urbanas en las ciudades, impactando directamente en los costos operativos.
Hoy en día, el público consumidor es más consiente y presta más atención al impacto ambiental de las empresas, incluso están dispuestos a pagar un valor adicional por productos sostenibles en material de embalaje (desarrollos de empaques o envases reutilizables), por productos que en sus procesos de fabricación y logística emitan menores cantidades de CO2. Por lo tanto, el beneficio de la sostenibilidad de las cadenas de abastecimiento no solo aporta en la rentabilidad de los negocios sino también, estratégicamente, aumenta la buena imagen y reputación corporativa, esto impacta positivamente al mercado consumidor, generando fidelización empresarial y reconocimiento de marca.
En conclusión, la pandemia nos ha hecho entender que las cadenas de abastecimiento deben tener la capacidad de reaccionar y garantizar el flujo de información y de productos desde el inicio hasta el final de la operación de una manera ágil y eficiente. Como líderes de cadenas de suministro tenemos la misión de implementar las herramientas tecnológicas que permitan el desarrollo y avance logístico, garantizando el crecimiento sostenible y agregando valor a la sociedad de consumo.
El beneficio de la sostenibilidad de las cadenas de abastecimiento no solo aporta en la rentabilidad de los negocios sino también, estratégicamente, aumenta la buena imagen y reputación corporativa.