Con alrededor de 250 signatarios de los Principios de Inversión Responsable en la región, incluyendo Brasil, se confirma el interés de los inversionistas en incorporar aspectos ASG en sus estrategias y procesos de inversión. No obstante, a la hora de implementar las metodologías, herramientas y procesos correspondientes, estos se enfrentan a una serie de dificultades. Para varias de ellas, vale la pena unir esfuerzos para abordarlas a nivel de industria.
El acceso a información ASG confiable y comparable desde las empresas ha mejorado. Ya existen guías o normas en gran parte de los países de la región para solicitar a los emisores publicar información ASG. Estos marcos regulatorios locales muchas veces se apalancan a estándares internacionales de referencia, como las NIIF S1 y S2. No obstante, como los estándares de reporte ASG, incluso a nivel internacional, siguen siendo múltiples y en constante movimiento, todavía no se ha logrado el grado de simplificación esperado, tanto para las empresas como para los inversionistas usuarios de la información.
Al mismo tiempo, se hace urgente conducir auditorías robustas sobre los procesos de colección y reporte de los indicadores ASG. Estos llevan poco tiempo en las empresas y en general no se benefician del mismo nivel de controles que los indicadores financieros. Esto tiene consecuencias importantes en términos de confiabilidad de la información y comparabilidad de los indicadores entre empresas y de un año a otro para la misma empresa.
En todo caso, incluso una vez que los inversionistas accedan a información ASG de primera fuente, accesible y confiable, tienen que desarrollar las herramientas y conocimientos internos para evaluarla e incorporarla en procesos de decisión de inversión. Esto requiere profesionales adicionales, especialistas en cambio climático, biodiversidad, ecodiseño, derechos humanos, relaciones con comunidades, entre otros, aplicados a distintos sectores de actividad y países. También es necesario diseñar una metodología de evaluación ASG, alineada con la cultura y política de inversión de cada uno, e implementar procesos correspondientes. Son recursos importantes en los que hay que invertir.
Una solución que ofrece el ecosistema ASG para dar este paso de forma más eficiente, son las agencias de calificación ASG. Estas agencias disponen de los profesionales especialistas requeridos, de metodologías y procesos de evaluación propios, y proveen a los inversionistas informes de calificación ASG de emisores comparables. También permiten reducir el número de solicitudes de información ASG a las empresas, al concentrar el proceso de evaluación. El gran desafío para los inversionistas de la región, es que la oferta de calificaciones ASG por estas agencias internacionales es muy limitada, en particular en términos de cobertura de emisores locales, incluyendo empresas medianas, las cuales son un universo clave para los inversionistas en la región. Además, el mercado de agencias de calificación ASG a nivel internacional está en movimiento, siendo de alguna forma absorbido por las agencias de calificación financieras tradicionales, y eventualmente sujeto a regulación en el corto plazo. Todo ello contribuye a generar incertidumbres para los inversionistas quienes necesitan estos servicios.
Para suplir esta necesidad de eficiencia y calidad, y abastecer el mercado regional, podría ser relevante que la industria fomente la creación de agencias de calificación ASG locales. Ya hemos visto algunas iniciativas exitosas conducidas desde la industria de inversionistas, por ejemplo, de relacionamiento colaborativo hacia emisores, para solicitar mejor información ASG, o compromisos climáticos. Podríamos imaginar que estos mismos grupos de inversionistas unen esfuerzos y recursos para desarrollar el mercado de proveedores de calificación ASG que tanto les ayudaría en seguir implementando prácticas de inversión sostenible.